La libertad nos llama, sin embargo, es cuando estamos en aprietos que recordamos que somos adultos y tenemos que resolver por nuestra cuenta. Como estudiantes universitarios, estas son algunas de las cosas que hay que tomar en cuenta cuando tomamos la decisión de vivir solos.
“Budgeting”
Aprender hacer presupuestos puede ayudarte muchísimo a largo plazo. Me atrevería a decir que, es uno de los puntos más importantes de la vida adulta. No obstante, aunque se escuche riguroso, solo necesitas un poco de paciencia y disciplina. Lo primero que podrías hacer para comenzar a hacer un “budget” es determinar tus metas. Esto te ayudará a tomar decisiones inteligentes y no hacer gastos que sean innecesarios. Otra opción puede ser evaluar tus gastos mensuales. Dividirlo en áreas importantes como, por ejemplo: todo lo que incluya mantener un hogar, comida, gasolina, si tienes transporte, entre otros.
También, no te olvides de sacar un dinero para gastos personales, entre ellos tus gustitos de vez en cuando. #TreatYoSelf!
“Boundaries”
Muchas veces la vida universitaria nos obliga a tomar decisiones a base del presupuesto que uno tenga. Entre ellos esta escoger vivir solo o con “roommates”. Si escoges vivir con compañeras/os, es muy importante el establecer límites. Entre los más importantes es la limpieza, mantener áreas despejadas y la comida. Con esto, estas respetando el espacio de tu compañera/o, además de que es una falta de respeto el tomar cosas sin pedir permiso, especialmente cuando se trata de comida.
Se considerado/a y respetuosa. ¡La pasaras genial!
“Time managing”
Es de suma importancia el fijar un horario donde puedas dividir tu tiempo con asertividad. De esta manera, puedes tomar tiempo para estudiar, practicar algún entrenamiento, cocinar, hacer diligencias y descansar. También, verás que con el tiempo esto te ayudará a desarrollar disciplina y como recompensa te sobrará tiempo para distribuirlo en otras tareas o para más horas en Netflix.
“Dealing with pests alone”
Algo de lo que normalmente no se habla y debería ser un tema importante. Nadie te rescatará cuando haya un lagartijo, una cucaracha gigantesca o un roedor en tu cuarto de madrugada. You gotta do it yourself! Tus mejores aliados serán un frasco de Raid y una chancla. Si quieres ser valiente y benigno, puedes utilizar el envase que usas para mapear y poder desalojar el animalito.
Recuerda, no importa cuan limpio este tu hospedaje o apartamento, si no fumigas, llegarán. Good Luck!
“Breakdowns are to be expected”
Cuando llevas toda una vida junto a tu familia, la opción de vivir solo puede ser intimidante o libertadora. Sin embargo, una vez estas viviendo solo tiendes a remontar aquellos tiempos donde la vida era más fácil y no la aprovechaste, especialmente en momentos de stress. Vas a llorar, sea en el baño a las 3:00 de la madrugada o saliendo de la universidad, cuando sientes que ya no puedes más. Por esta razón, es súper importante el que te desahogues de una manera saludable y dejar que las lágrimas limpien tu alma. El llorar no es malo, pero tendemos a verlo como una debilidad, cuando en realidad puede ser considerado una fortaleza.
Reúnete con los tuyos, crea una red de apoyo que te ayuden en esos momentos difíciles. Que te ayuden a sobrellevar el proceso y volverte a levantar, para seguir con tus metas y propósito de vida.
“Self-care”
Cada persona tiene una rutina que le ayuda a conectarse con su ser y olvidarse de las responsabilidades por un tiempo determinado. Es individual, no te dejes engañar de lo que te vende el “media”. Crea una rutina que vaya acorde con tus intereses, sea leer, ir a la playa, ir a un spa, tirarte en un sofá y hacer nada, limpiar, ir a un salón de belleza, roadtrip, chinchorreo, entre otros ya existentes.
Lo importante es que recargues baterías y que saques un tiempo para ti. Donde no haya ansiedad o preocupaciones. Solo tú y nada más que tú.
La vida universitaria es una aventura que debes disfrutarla al máximo. Siempre habrá momentos de tristeza y frustración, no obstante, no dejes que momentos de amargura generalicen tu día por completo. De necesitar ayuda más allá de la que un pariente o amigo te pueda dar, visita un profesional de la salud mental. De esta manera, podrás recibir la ayuda necesaria para ese momento de transición en tu vida.