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UPRM | Culture

Más Allá del “Vision Board”: Metas Realistas para el 2026

Joelys Gelabert Cordero Student Contributor, University of Puerto Rico - Mayaguez
This article is written by a student writer from the Her Campus at UPRM chapter and does not reflect the views of Her Campus.

Cada diciembre ocurre lo mismo: Pinterest se inunda de vision boards perfectos, TikTok se llena de “manifestations for the new year”, haciéndonos pensar que podemos arreglar nuestra vida con un collage bonito. Aunque no tengo nada en contra de visualizar y manifestar lo que queremos, estoy en desacuerdo con la idea de que para lograr algo, basta con “pedirlo al universo”.  La realidad es que no creo en la ley de atracción. Intenté una vez manifestar abs, pero aparentemente el universo no incluye membresía del gimnasio, vaya decepción.

 Bromas a un lado, hay algo en lo que sí creo y es en la organización, en los hábitos y en la disciplina que, aunque a veces nos cueste admitirlo, es lo único que sostiene los cambios. Es por eso que me gustaría sugerir hacer algo distinto, podemos dejar el vision board como un recordatorio visual, pero vamos a intentar algo más práctico. Para este nuevo año que se aproxima, hagamos un plan realista para el 2026. Un plan que no dependa de sueños enormes, sino de pasos pequeños que realmente podamos lograr.  

El Problema de las Metas Demasiado Grandes 

Hablar de “metas grandes” es indudablemente motivador y nos permite encaminarnos a aquello que deseamos lograr. Pero en ocasiones, las metas demasiado grandes nos pueden generar una presión que termina en desilusión. A veces, queremos cambiar toda nuestra vida en enero, pero cuando las metas son enormes, suele ocurrir una de dos cosas:

1) Nos abrumamos tan rápido que nunca empezamos. 

2) Empezamos con energía, pero la abandonamos en semanas porque es insostenible. 

La frustración de no lograr esas metas muchas veces termina causando más daño que bien. Usualmente la razón por la que no logramos nuestras metas no subyace en la falta de deseo, sino en la falta de estructura y es justo eso lo que podemos cambiar para este nuevo año.

Sustituyamos Metas Gigantes por Hábitos Realistas  

Por ejemplo, si deseas mejorar tu apariencia física, no digas “Voy a cambiar mi cuerpo este año”. Mejor di, “voy a ir al gimnasio 3 veces por semana”. En vez de decir, “voy a sacar todas A este semestre”, cámbialo por “voy a estudiar 1 hora al día de lunes a jueves”. Los hábitos son pequeños, repetibles y sumamente alcanzables; al repetirse crean progreso real sin depender de la motivación o de cómo nos sintamos en el momento. Los vision boards pueden inspirarnos, pero los hábitos son los que nos conducen a un verdadero resultado. 

Por otra parte, hay un problema que enfrentamos al pensar en los propósitos de año nuevo y es que los pensamos para el año completo y eso es demasiado tiempo, por lo que nos podemos perder en la distancia. Una manera de mantener hábitos y metas sostenibles es planificar por trimestres. Por ejemplo, cada tres meses podemos revisar qué se logró, qué no funcionó, qué deseamos cambiar y qué hábitos se pueden ajustar. Tres meses son suficientes para notar progreso, pero no lo suficiente para olvidar lo que nos propusimos. 

Finalmente, no hay que desechar el vision board, pues estos pueden ser motivadores y hasta terapéuticos, pero un vision board sin plan es un sueño. Un plan sin hábitos es solo intención. La gran mayoría deseamos ser la mejor versión de nosotros mismos, pero para lograrlo, hay que conocer qué escalones hay que subir para alcanzarlo. El futuro no se atrae, se construye con disciplina, estructura y constancia. 

Joelys N. Gelabert Cordero is a fourth-year student at the University of Puerto Rico at Mayagüez, double-majoring in Psychology and Hispanic Studies. With a deep curiosity for culture, history, and the experiences that shape our inner and outer worlds, Joelys writes to explore and reflect on the shared human condition. She enjoys diving into topics like wellness, emotional development, and cultural identity, often drawing from everyday life to spark meaningful conversations. She’s also been involved in a women's empowerment project that uses poetry as a tool for expression and social change. Outside of writing, you’ll likely find her experimenting with her new watercolor set, staying active, or soaking in the atmosphere at poetry readings and musical events. When she’s not writing or reflecting on life’s big questions, she’s probably daydreaming about her next slice of pizza.