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This article is written by a student writer from the Her Campus at Albizu chapter.

 

 

 

 

 

Zona de Confort

 

La zona de confort parece ser muy cómoda e inclusive parece ser que tenemos todo bajo control. Los cambios inesperados o precipitados estremecen cada parte esencial de las barreras que una persona ha colocado y ha formado cuando la zona de confort se ve amenazada. La comodidad después de todo no es más que una falacia donde el potencial se encuentra entre los 80 grados. Déjenme contarles que hay historias en la vida que sobrepasan los límites de una zona que siempre estuvo cerrada y que esas mismas historias pueden tocar cada partícula y célula de tu alma. El miedo y la incertidumbre de saber que nos espera en la esquina izquierda, la ansiedad y la curiosidad que están sentadas en la esquina derecha del armario. La zona de confort jamás tiene una buena intención, porque te pierdes el baile y la música no es nada más que una orquesta sin músicos y la poesía escrita sin poetas. Me la había pasado tantos años en un mismo lugar que un espacio de 10 metros, puede ser suficientemente grande para un pedazo de papel.  Una vez alguien que ya no existe, me dijo que la incomodidad se mata corriendo. Nunca supe a que se refería, hasta que comencé a caminar. En la vida, como todo, siempre me la había pasando corriendo en líneas y en círculos, parecía ser como una idea…de hecho, llegué a pensar que la zona de confort era todo lo que existía.  Cuando la ventana fue abierta y un rayo de sol me dejó ver tanta belleza, busqué los zapatos viejos que habían sido usados en este recuadro. La zona de confort que había sido mi amiga por años, se desvanecía y se hacía vértice. Cuando haces una pausa y miras hacia atrás, sabes que mirar hacia al frente era todo lo que tu alma necesitaba. Porque nunca sabes lo que te espera en el metro 15 y en la parada 34 de tus palabras. La vida es igual de corta y larga, la relatividad de lo que conoces se puede convertir en polvo antes de que hagas sentir y demuestres lo que hagas. No es hasta que recoges y organizas las páginas, hasta que el café se vuelva frío y el hielo cambie el estado en el que estabas.