Ser psicóloga en formación ha sido abrir una y otra caja de sorpresas en cada paso adelante en el camino que se abre. Es una experiencia llena de aprendizaje, de satisfacciones y de choques internos con realidades de vida que comienzas a vivir muy de cerca. En muchos casos, a pesar de no haber vivido de cerca algunas de esas vivencias, eres quien tiene las competencias y herramientas para brindar el apoyo a los individuos y guiarles en sus respectivos procesos. Hoy tuve la oportunidad de facilitar un taller a la población con condición de Fibromialgia. Para este taller me empapé de conocimiento, leí mucho y de la revisión de literatura rescaté algunas cosas que podían servirme para exponer en el taller. El objetivo de este era brindar estrategias para reducir los niveles de ansiedad ligados a la condición física y a los factores contextuales cotidianos que pudiesen intensificar el padecimiento físico. Sin embargo, toda la información que leí jamás me hubiese brindado la realidad del escenario de la práctica con relación al sufrimiento, angustia, tristeza, frustración, ansiedad y otros síntomas que produce esta dolorosa condición física.
La fibromialgia “es una conocida enfermedad que se caracteriza principalmente por la presencia de un constante dolor músculo-esquelético repartido por todo el organismo. Este dolor es difuso y no específico y tiene una duración de más de tres meses de persistencia.” (Castillero, s.f., párra. 3) Produce sintomas tales como depresión, ansiedad, trastorno de sueño, irritabilidad, dificultad para concentración, memoria, entre otros. Imagínate vivir por tres, seis, nueve, doce meses con dolor constante en todo tu cuerpo. Dolor fuerte que recibieras todos los días por distintas partes de tu cuerpo y que no te permitiera caminar derecho o con tus extremidades extendidas, que tus horas de sueños se reduzcan a tres por día, quizás menos, que ya no puedas ir a hacer los pasatiempos que hacías antes o que hayas descartado una vida amorosa por completo porque tu condición ni siquiera te permite pensar más allá de como acomodarte mejor para que duela un poco menos el cuerpo. Imagínate que te duela tanto que llegues a un punto tan desesperante que prefieras estar muerto a seguir padeciendo ese dolor. Así de fuerte es.
Hoy la Practica me hizo reconocer la fuerza y admiración en una nueva población que no conocía de cerca. Son valientes y grandes en la lucha por el esfuerzo que hacen en soltar una sonrisa a quien está en frente de ellos. Grandes y admirables porque se levantan cada día de la cama con el reto de continuar y porque luchan diario con las desventajas de una condición medica que aun está en búsqueda de las razones de su dolor. Admirables héroes y heroínas de sus propias vidas porque batallan ante un sistema de gobierno que no les facilita los mejores servicios ni beneficios. Héroes o heroínas porque sobreviven ante el dolor.
Exhorto a todo/a psicólogo/a que se informe y lea sobre esta población que tanto apoyo y herramientas necesitan para continuar el día a día. Espero que mi anécdota haya servido para hacer visible la población con la condición de Fibromialgia ante quienes tengan la oportunidad de leer este artículo.
References
Castillero, O. (s.f.). Fibromialgia: causas, síntomas y tratamientos. Psicología y mente.
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