Las cartas se hicieron para plasmar la conexión entre la mente y el cuerpo. Aunque posiblemente te hayan escrito miles de cartas, intentaré escribirte una que jamás te hayan escrito; porque voy a describirte con cada día de la semana y cada estación del año. Verás, quiero que comprendas que cada escritor dirige sus escritos en base a su sentir y eso está bien. Aunque de poeta sé que no tengo mucho, pues los poetas nunca le escriben a nadie realmente, solo a la idea de alguien. Yo solo espero que donde sea que te encuentres y leas esta carta, puedas sentir que eres todo esto para la persona correcta. Porque tu no eres una idea…tú eres real. Porque tú eres tu y estoy segura que eres increíble. Tú eres como la semana y sus siete días; tú eres cada uno de ellos y no te lo imaginas. Eres la puesta del sol de un domingo entrando por las ventanas abiertas del alma y la fresca mañana del lunes, como ese aroma a café que despierta la belleza donde no se ve. Eres los martes de páginas en blanco y el afán por ser llenadas, porque vos y tus 10,000 historias van a enamorar a quien menos esperas. Pasando al miércoles, eres la lluvia que cae y hace florecer lo que toca. Los jueves das esperanza a todo lo que se ha perdido…como ese libro que hace 5 años estaba desaparecido. Si te comparo con los viernes, eres el descanso de una semana ardua…porque tienes guardados abrazos de poesía y frenesí. Al pensar en el sábado, vos me recuerdas a una tarde en casa; llena de risas y tu calidez que armoniza la vida. No puedo escoger un día, prefiero vivir cada uno de ellos desde la perspectiva de vos.
De las cuatro estaciones del año, se ve tu esencia en cada una de ellas. Eres como la primavera, pues contigo comienzan los días cálidos y todo tiene la misma duración. Tus colores inspiran y haces rejuvenecer, porque todo lo que haces lo haces con amor. Eres necesaria como el verano porque contigo los días se alargan y las noches duran menos. El sol de esta temporada es el calor que sale por tus ojos y haces que hasta el piso se convierta en playa. Pero por favor, no seas como el ocaso de un otoño, aunque tus hojas caigan al suelo y el invierno está por llegar, sigues siendo una estación necesaria. Al llegar el invierno y demuestres el frió, también quiero que sepas que eres como una mañana de navidad. Haces que la alegría no sea momentánea, que la emoción se desborde por los poros y seas lo primero que alguien desea ver al despertar en la mañana. Date la oportunidad de verte, de ver que eres todo esto y más para quien menos esperas. Te escribo de esta forma, porque sé y estoy convencida que eres magia. No tengas dudas, eres la persona perfecta para los ojos de alguien que sabe que en las imperfecciones se encuentra la verdadera belleza. Quiero que salgas al mundo y conquistes con tus manos, porque tus manos pintan estrellas y han sostenido el peso aunque no lo demuestras. Tu eres de esas personas que por alguna hermosa y extraña razón, le dan sentido a la confusión y haces que la vida suene bonita cuando crees en ti y en todo lo que sale de tu boca.