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Es Tiempo de Hablar de Violencia Sexual

This article is written by a student writer from the Her Campus at Albizu chapter.

Como parte del mes de la concienciación de la violencia sexual, les comparto esta entrevista realizada a la Dra. Shaila M. Hung Yunen, Ph.D. La Dra. Hung obtuvo su grado doctoral en la Universidad de Puerto Rico y actualmente se desempeña como Coordinadora de la Unidad de Servicios Clínicos del Centro de Ayuda a Víctimas de Violación en Guaynabo, Puerto Rico. La misma ha trabajado durante once años con la población de sobrevivientes de las distintas formas de la violencia sexual. El propósito de esta entrevista es que podamos informarnos de asuntos básicos de este mal social y concientizarnos para actuar en el mejor beneficio de los/las sobrevivientes. Además, busco desmitificar algunas concepciones sociales y aclarar dudas comunes.

1. Actualmente trabajas con sobrevivientes de violencia sexual, háblanos de cómo llegaste a escoger esta población.

Escogí esta población cuando buscaba centros de internado ya que me interesaba adquirir mayores destrezas para trabajar con la población de trauma. En ese momento fui seleccionada para realizar el mismo en el Centro de Ayuda a Víctimas de Violación (CAVV) San Juan. Confieso que en ese momento mis conocimientos en relación a la violencia sexual eran limitados y mis expectativas en cuanto a la población que pensaba iba a atender en su mayoría, eran erróneas. Creía que la mayor cantidad de casos que atendería serían féminas adultas y me equivoqué. La mayor cantidad de casos recibidos en el centro (y actualmente sigue siendo así) y atendidos por mí, fueron de menores de edad. Así que, tuve la maravillosa experiencia de no solo desarrollar mayores destrezas para trabajar con trauma, sino que también enriquecí mi práctica con la experiencia en la clínica infantil y adolescente. A lo largo de ese año de internado, siguió fortaleciéndose en mí el deseo por continuar aprendiendo y trabajando con esta población. Ese periodo construyó el camino para que mi carrera se especializara en esta área. Posteriormente, realicé mi disertación doctoral con esta población y una vez completé el grado doctoral y obtuve la licencia, me ofrecieron trabajo de inmediato en el CAVV como psicóloga y luego de varios meses, me ofrecieron la plaza como Coordinadora de la Unidad de Servicio Clínico. Y a pesar de llevar once años manejando esta población, mi interés por la misma sigue aumentando, ya que estando aquí he podido presenciar la gran necesidad de que las/os sobrevivientes de violencia sexual cuenten con un trato digno y sensible para evitar la revictimización que tanto daño les hace.

2. Según su experiencia, cuáles son los casos que más abundan o los que más que se reportan?

Los casos que más se reportan son los de menores de edad, como mencioné anteriormente. Los/as niños/as y adolescentes, son una población vulnerable para sufrir eventos de abuso sexual. De hecho, según los estudios estar entre las edades de 10-14 años es un factor de riesgo para sufrir violencia sexual. Al igual que ser fémina se cataloga como un factor de riesgo, según las investigaciones. Mi experiencia en el CAVV valida esta información ya que los menores de edad son lo población que más atendemos. En el caso de participantes adultos/as, hay una prevalencia contundente en casos de féminas. Los estudios han demostrado que menos de un ocho por ciento de los casos de violencia sexual son los que se reportan en las distintas agencias y de ese ocho por ciento un número muy bajo es de varones. Esto no responde a que los varones no enfrentan eventos de violencia sexual, responde a la tendencia de que reportan menos a las agencias. Desde mi punto de vista, esto responde a la cultura patriarcal y a entendidos machistas que no promueven que los varones busquen ayuda y mucho menos si se trata de algún tema relacionado a lo sexual.

Es importante mencionar que dentro del espectro de la violencia sexual existen diferentes términos que clasifican el tipo de agresión o la forma en que se presenta. Veamos lo que nos comenta la Dra. Hung acerca de esto.

3. ¿Qué es el abuso sexual?

Me gustaría presentar primero la definición de violencia sexual ya que abarca de manera general la problemática. Según la OMS (2013), se define como: “Todo acto sexual, tentativa de consumar un acto sexual, comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de ésta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo”. Es una dinámica de PODER y CONTROL ejercida desde el/la agresor/a hacia la víctima. Dentro de esta definición se encuentran todas las tipologías de violencia sexual, como por ejemplo: actos lascivos, sodomía, acecho, pornografía infantil, exposiciones deshonestas,  acoso, incesto, entre otras.

Ahora bien, cuando hablamos de abuso sexual, hacemos una referencia más específica a la población infantil. Desde este punto de vista, se define el abuso sexual como:  Una forma de maltrato, que además constituye un delito y ocurre cuando una persona, generalmente mayor que el niño o niña, abusa del poder o autoridad que tiene sobre el/ella y/o se aprovecha de la confianza para involucrarlo/a en actividades sexuales, utilizando además maniobras de coerción. Cualquier tipo de expresión sexualizada impuesta en un/a menor por alguien en una posición de poder. Esta puede envolver contacto físico o conductas tales como exhibicionismo, nudismo, etc. (SGROI, 1982)

4. ¿Cuáles son las diferentes formas de la violencia sexual?

Las distintas manifestaciones de violencia sexual, como mencioné anteriormente, pueden ser:

  • Agresión sexual: Acto urogenital, penetración sexual, vaginal o anal, ya sea; genital, digital o instrumental. (Antes sodomía y violación)
  • Actos Lascivos
  • Incesto
  • Exposiciones obscenas (Antes deshonestas)
  • Proposición obscena
  • Acoso sexual
  • Pornografía Infantil
  • Agresión Sexual Conyugal (Artículo 3.5 de la Ley 54)
  • Hostigamiento Sexual

5. Usualmente asociamos la violencia sexual con las mujeres. ¿Hay prevalencia de abuso sexual en hombres en Puerto Rico?

La violencia sexual puede ocurrir a cualquier persona. No obstante, existe una prevalencia mayor en la población femenina. Anteriormente mencioné algo de esto y su relación con la cultural patriarcal. De acuerdo a las investigaciones y estadísticas casi 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 71 hombres en los Estados Unidos han sido violentados sexualmente en algún momento de su vida, en casos de penetración completa por la fuerza, intento de penetración por la fuerza y penetración completa inducida por alcohol o drogas.

Además, se calcula que el 13% de las mujeres y el 6% de los hombres han sufrido coerción sexual en algún momento de su vida (p. ej., penetración sexual no deseada después de haber sido presionados de manera no física); además, el 27.2% de las mujeres y el 11.7% de los hombres han experimentado contacto sexual no deseado. En mi experiencia en CAVV se reciben muy pocos casos de varones adultos y en caso de menores, aunque se recibe mayor número de casos de varones, la prevalencia de féminas siempre es mayor.

6. ¿Qué debemos hacer luego de sobrevivir una agresión sexual?

Lo más importante es que se busque ayuda, que la persona que a atravesado esta situación sepa que cuenta con unos derechos y con personas y agencias dispuestas a ayudarle.  En el caso en que la agresión haya acabado de ocurrir, se recomienda (aunque reconocemos que es un proceso duro a nivel emocional) que no se bañe y que trate de preservar la mayor evidencia posible para poder identificar y posteriormente encausar al/a la agresor/a. Pueden haber tantas recomendaciones, pero siempre va a depender del o de los eventos, el momento en que haya/n ocurrido y la edad de la víctima. No obstante, siempre es primordial la seguridad y bienestar físico y emocional de la persona.

7. ¿Qué no debemos hacer, decir o preguntar luego de una agresión sexual?

Definitivamente, no debemos REVICTIMIZAR, esto es lo más importante. En el momento en que la persona toma la decisión de divulgar lo que ha ocurrido, debemos reconocer el acto como uno de valentía y validarlo. No debemos:

  • Minimizar lo ocurrido
  • Responsabilizar de alguna forma a la víctima
  • Dudar de su relato
  • Hacer demasiadas preguntas que puedan abrumarle
  • Perder la calma, a pesar de lo difícil que pueda ser

En un momento como este, lo mejor que podemos hacer es hacer sentir a la persona acogida, creída y brindar todo el apoyo que necesite.

8. ¿Y si la agresión sucedió hace mucho tiempo, aun se puede hacer algo?

Definitivamente, sí. En términos legales, se tendría que verificar cuándo ocurrieron los hechos para saber el tiempo de prescripción del delito desde el Código Penal vigente. De hecho, tan reciente como en enero 2018 en PR el gobernador Ricardo Roselló aprobó una enmienda al Código donde los delitos de abuso sexual en la infancia no tendrán fecha para su prescripción. ¡Esto es un logro!  Ya que en muchos casos de menores, por las mismas dinámicas y fases del abuso sexual, se guarda silencio y no es hasta la adultez que las personas se sienten más empoderadas para enfrentar la situación. Por otro lado, a nivel emocional siempre es importante poder recibir ayuda profesional para trabajar con las secuelas emocionales del trauma. De hecho, distintas investigaciones han asociado algunos diagnósticos de salud mental tales como: PTSD, depresión, ansiedad, alimentación, personalidad limítrofe, entre otros, como posibles consecuencias de experiencias de violencia sexual. Nunca es tarde para buscar ayuda.

9. ¿Cuáles son algunos signos de violencia sexual en menores?

Cuando hablamos de indicadores de abuso sexual infantil, podemos dividirlos en las siguientes áreas: físicos, emocionales y conductuales. Estos deben evaluarse dentro del contexto total del historial de salud biopsicosocial del/de la menor. No son hechos que aisladamente definan una agresión.

Indicadores Físicos: condiciones sin explicación lógica, inapropiada para la edad o para el nivel de desarrollo, tales como:

  • Infecciones frecuentes del tracto urinario.
  • Infecciones de recto y boca.
  • Infecciones de transmisión sexual.
  • Dolor, picor, inflamación genital, síntomas recurrentes.
  • Descarga de órganos sexuales, residuos de lubricante en la vagina o ano.
  • Dolor de estómago frecuente.
  • Dolores de garganta recurrentes.
  • Fatiga extrema.

Indicadores Emocionales:

  • Estado de ánimo variable.
  • Miedos consistentes y fuera de lo común.
  • Desapegos, aislamiento.
  • Indiferencia.
  • Expresiones inapropiadas de amor y afecto.
  • Llanto frecuente, tristeza.
  • Síntomas de ansiedad.
  • Ambivalencia de sentimiento, en particular cuando el/la agresora es familiar o conocido.

Indicadores Conductuales:

  • Dejar de comer o comer demasiado.
  • Problemas al dormir
  • Pesadillas muy frecuentes.
  • Conducta regresiva (no va de acuerdo con su edad cronológica)
  • Llanto o lamentos sin razón aparente.
  • Temor hacia los adultos en general.
  • Comportamiento mucho más tímido de lo normal.
  • Comportamiento más dependiente de los padres de lo usual.
  • Hiperactividad.
  • Incapacidad de concentrar la atención en algo por mucho tiempo.
  • Comportamiento regresivo,  propio de un niño o niña de menos edad.
  • Comportamiento sexual inadecuado para la edad, en su relación con otros niños o niñas o en sus juegos.
  • Conversación sobre temas sexuales en términos poco adecuados para su edad.
  • Disminución en el desempeño académico.
  • Incapaz de relacionarse bien con otros niños o niñas y compañeros o compañeras de clase de su edad.
  • Comportarse en forma muy agresiva generalmente, llega a pelear con otros (as).
  • Temeroso (a) de alguien en particular, o por el contrario quiere pasar demasiado tiempo con esa persona en especial.
  • Comportamiento como si nada en el mundo le interesara.
  • Temor a la oscuridad.
  • Muy somnoliento (a) en la escuela.
  • “Ticks” nerviosos en la cara.
  • Fugarse del hogar o la escuela.
  • Abuso de drogas y/o alcohol.

Es importante destacar que este listado no pretende abarcar el universo de indicadores. Puede haber menores abusadas/os que no presenten síntomas.

10. Hay formas de disminuir la probabilidad o eliminar por completo la posibilidad de ser víctima de una violencia sexual?

¿Cuáles son?

Lo ideal sería poder erradicar la violencia sexual de nuestra sociedad y para ello debemos trabajar la prevención desde una perspectiva educativa promovida a través de la comunicación asertiva. Educar a los/as menores sobre su sexualidad tomando en consideración su etapa de desarrollo es crucial para poder prevenir eventos de abuso sexual. Una educación que promueva la equidad de género ha probado ser eficaz en factores preventivos de violencia sexual.

Algunas recomendaciones desde el hogar pueden ser las siguientes:

  • Diga a los/as niños/as que si alguien trata de tocar su cuerpo y de hacerle cosas que le hacen sentir raro/a, diga que NO a la persona y que se lo cuente enseguida a alguien de su confianza.
  • Enseñe a los/as niños/as que el respeto a las personas mayores no quiere decir que tengan que obedecer ciegamente a los adultos y a las figuras de autoridad.
  • Apoye los programas profesionales del sistema escolar local para la prevención.
  • Hable claro con el niño/a sin tabúes ni prejuicios sobre los temas de la sexualidad.
  • Eduque a los/as niños/as sobre la sexualidad desde la edad preescolar.
  • Explíquele la diferencia entre una expresión de cariño y una caricia sexual.
  • Escuche sus dudas y responda a sus preguntas con sencillez y serenidad.
  • Demuéstrele confianza para que exista una mejor y mayor comunicación.
  • Deposite confianza en el/la niño/a si le comunica que está en riesgo de ser abusado/a sexualmente

 

Con la esperanza de que esta entrevista haya aportado a tu conocimiento y te haya motividado a promover la concienciación sobre la violencia sexual, me despido hasta una próxima ocasión.