De momento las cosas sencillas de la vida nos parecen complicadas. Cierto es que reaprender a vivir el presente no es tarea fácil. Disfrutar correr al amanecer o de tomarte una piragua o hielo frente a la bahía mientras observas el atardecer, no es tarea fácil. Prender la música mientras te das un baño y cantar como si fueras cantante profesional no es tarea fácil. Bailar bajo la lluvia es una de las mejores experiencias de la vida y tampoco llega a ser una tarea fácil. No obstante, se puede lograr hacer cada una de esas cosas, si aprendemos a solo estar en el presente y respirar el ahora.
¿Alguna vez te has detenido a respirar frente al mar en un atardecer de colores rosas, violetas y naranjas? A mí me gustan los atardeceres, me transmiten paz. También, me permiten estar en el ahora. A veces, podría ser muy difícil no pensar en el pasado ni en el futuro. Lograr hacerlo, siempre es un verdadero motivo de celebración. Al menos, para mí. A medida que lo vamos repitiendo, tenemos mayor control de permanecer en el presente en cuerpo, pensamiento y emociones. Sincronizar las tres cosas puede llegar a ser algo muy terrenal o muy transcendental, todo depende de las energías de la persona.
¿Hace cuánto que no visitas un parque? En algunas ocasiones, mientras estoy en el parque columpiándome, miro a los niños a mi alrededor y observo las flores, las hojas y los arbustos. En momentos como esos, me pregunto si alguien en ese justo instante estaría disfrutando, pensando y haciendo justamente lo mismo que yo. ¿Nunca te los has preguntado? También a veces me pregunto si existiría otro yo en este mundo, en cualquier parte. Sería divertidísimo… o quizás no. LOL.
Ayer fui al cine y la pasé genial. Siempre que voy sola al cine, me siento muy conectada conmigo misma. Disfruto el estar allí conmigo. Tener el popcorn, los nachos con queso, la bebida solo para mí, mientras veo la película. Casi siempre, escojo comedias porque aprovecho para reír y despejar la mente de cualquier factor externo que no sea estar en esa sala disfrutando lo que veo.
Cuando elijo un día para ir a volar la chiringa o cometa, y me quedo muy quieta observándola, mientras logro mantenerla a flote me doy cuenta de la importancia de estar allí por el simple hecho de estar conmigo. La vida llega a ser tan acelerada que a veces nos olvidamos de que las nubes tienen formas únicas y que puede ser muy divertido o por lo menos, entretenido, adivinar cual forma tiene la que está justo sobre ti.
Hubo una tarde en que decidí escaparme de mi rutina. Invité a un amigo y nos fuimos improvisadamente de “roadtrip”. Así, sin nada preparado. Cuando íbamos por la carretera, estábamos haciendo lo que normalmente solíamos hacer, filosofar sobre la vida. En cierto momento, mientras discutíamos el tema de la diferencia entre felicidad y propósito de vida, me preguntó algo así como, ¿qué te hace feliz? Mi respuesta fue algo parecido a “…ver esos árboles al borde de la carretera mientras conduzco, me hace sonreír… las cosas simples de la vida me hacen feliz…” Entonces, en ese instante reconocí que, lo que había trabajado desde hace algún tiempo sobre vivir el aquí y ahora, y disfrutar las pequeñas cosas de la vida, estaba realmente dando resultados.
Me gusta ir al campo y ver el polen corriendo a través del viento. En medio de tanta naturaleza puedes percibirlo mejor. Las abejas jamás perderían la oportunidad de recolectar polen de las plantas. Ellas se llevan el polen al panal y lo cubren con miel. Al pasar el tiempo y fermentarse, se convierte en un polen con un alto nivel de nutrición. El polen contiene vitaminas, proteínas y hormonas que pueden ser beneficiosas para el ser humano. Tiene beneficios para la salud física y también emocional. Es bueno para la energía, estimula la mente y ayuda a bajar los niveles de estrés, ansiedad, irritabilidad y nervios. También aporta a nuestra estimulación intelectual al momento de estudiar. Lo mejor es que se puede conseguir de forma accesible en tiendas que venden productos naturales.
Los momentos de la vida son continuos y van emigrando a través del tiempo como el polen emigra a través del viento. Vivir el ahora y palpar el presente es esencial para mantenernos en balance y, como bien dice el dicho, vida solo hay una y si existe es para vivirla. Dale un ojo a tu agenda y experimenta alguna de estas vivencias, créeme que te lo vas a agradecer.