Carta para mis pollitos
En un mes como febrero donde el amor se expresa de diferentes maneras, he decidido escribirles una carta a todos mis “pollitos”. Aquellos amigos, compañeros, hermanos que han estado ahí para mí, en las buenas y malas. Son ustedes los que me han denominado “mamá”, sin yo estar casada o tener hijos. Al ser la mayor, prácticamente un “vieja”, mi amor, mi cariño, mi protección, mi sexto sentido y todo aquello que ustedes ven en mí (que puede ser que yo no vea), eso lo que me ha convertido en “Mamá Nive. Debo reconocer que es una gran responsabilidad para mí, que me llena de orgullo y sé que siempre les voy a cuidar, aconsejar y amar incondicionalmente.
Este nombre me da la oportunidad de conocerlos mejor a cada uno, ver sus diferentes cualidades, potenciales, metas, personalidades, sus altas y bajas y repito es una gran responsabilidad. Debo buscar formas de ayudarlos, pero no involucrarme, darles las herramientas para que ustedes construyan su propio camino, guardar sus secretos, reír y llorar con ustedes y sobre todo amarles. Siempre he escuchado que los padres siempre tienen un hijo preferido, pero para mí no es cierto. Cada uno de ustedes es diferente, pero tienen algo que me complementa, cada detalle me ha ayudado a comprender mejor a otros y ofrecerles mi amistad y mi cariño. Este amor que siento hacia ustedes es solo uno y a pesar de todo lo que suceda, siempre está dispuesto a recibirles y a darles muchas oportunidades.
No soy perfecta, tendré mis altas y bajas y las notaran. Pero en todo lo que yo pueda ayudar y con los recursos que tenga a la mano, estaré allí para cada uno de ustedes. Gracias por confiar en mí, porque me han dado un puesto importante es sus vidas y lo valorare siempre. Les amo con todo mi corazón. Quiero verles convertirse en hombres y mujeres de bien, con sus familias, parejas, trabajos, estudios y todo lo que se propongan. Y si me permiten estaré cada paso del camino apoyándoles. Les ama, Mamà Nive.